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GeologíaQuímica

Un proceso de extracción de petróleo muy peligroso

By 3 February, 2017No Comments

Hablaba con alguién especial de Colombia, una joven que me expresaba su pasión por la industria petrolera y su deseo de perseguir esa carrera. Por lo tanto, le dedico este artículo a Mayerline Prado, ya que gracias a ella recordé un asunto que ha estado recibiendo poca atención de parte de instituciones que regulan esta multi-billonaria industria, por lo que en este artículo me dispongo a exponer serios problemas con un medio de extracción conocido como Fracking.

En la industria petrolera, existen diversos métodos de extracción de petróleo. Muchas de estas técnicas son desarrolladas en diversos países latinoamericanos, orientales, europeos y norteamericanos. No obstante, una técnica conocida como “fracking” o fractura hidráulica de EEUU se considera insegura en su implementación ecologista.

Lo que sucede es que cada fractura es un experimento inseguro y no se puede controlar a profundidades mayores a 5,000 metros, los quimicos y los hidrocarburos mezclados se pueden filtrar en todas direcciones, migrar a otras zonas y emerger a la superficie donde las consecuencias son desastrozas para la vida maritima del ecosistema.

 

Por otro lado, se han hecho pruebas donde el 5% de los tubos usados fallan en su cimentación cada seis meses aproximadamente. Más aun, los fluidos de más de 750 productos pueden afectar el sistema nervioso, provocar cáncer y afectar el embarazo de las mujeres.

En EEUU, donde se realizaron las investigaciones ecologistas, hay registros de más de 1.000 casos de contaminación de mantos acuíferos, a pesar de que en ese país la tecnología para la industria petrolera está sujeta a regulación, pero los químicos usados son un secreto industrial restringido.

Una investigación promovida por la fundación Heinrich Böll (del Partido Verde de Alemania) y la Alianza Mexicana contra el Fracking, explica que el gas ‘shale’ –o gas de pizarra o de lutita– se encuentra atrapado en sedimentos de rocas en las que abunda un mineral llamado ‘esquisto’, a profundidades de 1.000 a 5.000 metros.

¿Cómo funciona?

El proceso del ‘fracking’ consiste en perforar un pozo vertical hasta alcanzar la profundidad deseada, luego se realizan varias perforaciones horizontales que pueden extenderse hasta 1,2 kilómetros, y 5 km de profundidad.

Debido a la baja permeabilidad de la roca de esquisto, es necesario fracturar, romper literalmente la roca mediante la inyección masiva y a alta presión de una mezcla de enormes cantidades de agua, arena y sustancias químicas de fórmulas secretas, para permitir el flujo y salida del gas.

“De esta manera no convencional se pueden alcanzar formaciones antes inaccesibles”, celebran los ingenieros que ahora están bajo la mira de los ecologistas.

Después de fracturar y al disminuir la presión de los equipos de bombeo, el gas liberado sale a la superficie arrastrando gran parte de los fluidos inyectados: “allí pueden ocurrir los accidentes”, advierte De la Fuente.

Entre el 15 y el 80 por ciento del fluido, llamado reflujo (‘flowback’ en inglés), se colecta en balsas de evaporación, en ese punto ocurre “un evidente peligro de contaminación atmosférica”.

Flujos de corta vida

Esos flujos son trasladados por tanques colectores para inyectarlos después en el subsuelo –con el riesgo de contaminación de suelos– “o para ser tratados en plantas de depuración públicas, que normalmente no están preparadas para procesar este tipo de residuos”.

Además, la parte no recuperada del fluido permanece en el subsuelo, desde donde podría migrar hacia la superficie o los mantos acuíferos de agua dulce de consumo humano.

El fluido es altamente tóxico por los compuestos químicos de “fórmulas secretas” con patentes muy costosas, y sigue emergiendo en cantidades menores durante un período prolongado.

Por otra parte, la vida productiva estimada de un pozo no convencional es de seis años, con una marcada caída de hasta 70% después del primer año.

Esa corta vida “obliga a abrir constantemente nuevos pozos para garantizar una producción estable, y cada pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua”.

Cuando los tubos y fluidos llegan a la roca de esquisto, a la capa de pizarra, se realiza una perforación horizontal: “para liberar el gas, se fractura la roca inyectando a alta presión miles de litros de agua, arena y productos químicos, con invaluable costo ecológico de la industria petrolera”.

El líquido inyectado a alta presión fractura la superficie de la roca y libera el hidrocarburo, sobre todo gas; la arena o material de sostén se aloja dentro de las grietas y evita que estas se cierren.

El gas, junto con el líquido de fracturación, retorna a la superficie a través de la tubería. Es una fuente altamente contaminante, el líquido que retorna arrastra a menudo sustancias peligrosas y hasta radioactivas.


Guillermo Cuadra

guillermo@polimates.org

Guillermo Cuadra

Desde que nos damos cuenta de que somos seres concientes, pensantes y reflexivos, tenemos la obligación de indagar sobre el por qué y para qué existimos. Si es que tiene sentido la última pregunta.

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