Tradicionalmente, una especie era asignada a diferentes formas de vidas pero que no se pueden aparear o mejor dicho, se pueden aparear pero su descendencia no se puede reproducir.
Pero es más interesante el hecho de que la habilidad de acceder al código genético de las especies ha permitido donde yacen las verdaderas distinciones entre los tipos de formas de vida.
Por ello los biólogos se siguen esforzando en el estudio del genoma de cada especie para entender por qué la información genética de cada especie permanece intacta a la hora de aparearse dos especies distintas.